Diario de un fantasma "Confesiones de un patito feo"

Cristal es una adolescente que tras la muerte de sus padres sufre una etapa de rebeldía, y por la culpa de esta, sus tíos la internan en un reformatrio. Allí vivirá experiencias que le marcarán de por vida.
Tras su salida, agotada por el frio de la noche, vuelve a casa de su tío, donde demostrará un gran cambio. En el trabajo le sucederá algo mágico, una anciana le entregará un diario antiguo. Su prima, decide ayudarla a descubrir el origen del diario y al igual que un peculiar taxista. Esta historia consigue volver loca a Cristal, la cual no puede hacer vida normal hasta no descubrir quién es esa mujer y de qué conoce a su madre.

Este es un brevísimo resumen de mi libro, si alguien lo quiere, no tiene más que enviarme un correo a Pilar.unica@hotmail.com y lo recibirá al poco. Muchas gracias y espero que os guste.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Si algo no quiero es el olvido...

Hay momentos en la vida, en los que te suceden cosas que nunca esperas que puedan llegar a pasar, son de esas cosas que solo suceden a los otros.
No sé si es la sociedad en la que vivimos que nos hemos acostumbrado a cosas como la matanza a 70 personas que se dirigían a una boda en Siria o a comer patatas con huevo mientras observamos por televisión a un muerto. Pero ese no es el tema ahora.
Cuando alguien deja de existir te crea un vacío intenso que no puedes llenar por mucho que tu gente te apoye. Claro ejemplo, una muerte, que por desgracia casi todos hemos vivido alguna de una persona cercana, llegas al tanatorio y empiezas a ver a gente, todos estan afectados porque la persona fallecida no va a volver jamás. Tú no te lo crees, oyes llantos desgarrados, pero a ti te da igual porque estás convencida de que esa persona mañana va a volver a tu casa o que vas a abrir la puerta de su abitación porque tienes que despertarla.
Llega el momento del pésame, en el que todos demuestran que están ahí y que cuando necesites algo acudas a ellos, pero realmente tu a quien quieres acudir solamente es a la persona que yace bajo tus manos.
De repente cuando todos van andando detrás del ataúd hacia el lugar en el que van a enterralo algo sientes que te presiona el pecho, que te agarra y es cuando destrozada empiezas a llorar...
Pero es en el momento en el que van a introducir el ataúd dentro del nicho cuando realmente te das cuenta de que esa persona ya está en otro mundo y que ni va a volver a ir a tu casa ni vas a volver a quedar con él o ella para tomarte algo...
Lo que tú no sabes es que lo peor esta por llegar, toda esa gente del tanatorio o del entierro hará su día a día con normalidad, excepto los más cercanos... pero por el general será así.
Todos recordarán en su corazón a esa estimada persona, tendrán momentos de bajón pero con el paso del tiempo se recuperarán.
Es entonces cuando tú te encuentras sola, cuando observas a las personas y las ves reirse, llamar a sus colegas, irse de fiesta y tú ingenuamente descuelgas el teléfono para llamarl@ y quedar, pero eso es imposible.
Supongo que es el curso de la vida, aunque no siempre es así y es lo que te hace dudar de si realmente ahí arriba hay alguien, pero entonces si afirmamos que sí, ¿porque no deja que la vida continue y que a cada persona le llegue su momento pero relamente su momento no antes?
Yo pienso, o al menos quiero pensar, que en ese instante en el que lloras y todo el mundo te da el pésame, realmente la persona que ha fallecido está en alma contigo, apoyándote, pero no podemos darnos cuenta, obviamente.
Creo que el recuerdo es lo que mantiene viva en el mundo de los muertos a la otra persona, por eso el olvido da miedo...
¿Por qué no creer que esa persona te apoya?

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